Un cumpleaños infantil, una fiesta de 15 o un matrimonio. Cualquier evento es bueno para dar rienda suelta a nuestra imaginación y dejarnos invadir por el espíritu del Pop Art.
Desde que Andy Warhol diera nombre propio a sus creaciones, los años 60 y 70 se llenaron de colorido y dinamismo y el arte salió de las galerías más elegantes para instalarse en la sala de nuestras casas. La psicodelia, la combinación de colores fuertes, las letras con movimiento, el juego con los logotipos de grandes marcas y los objetos cotidianos convertidos en piezas exageradas son las principales características de este movimiento artístico, que se puede ajustar a nuestro evento social o familiar.
Fiestas infantiles Pop Art
A los niños les encanta el Pop Art en sus fiestas de cumpleaños porque pueden jugar a ser súper héroes con combinaciones de colores atrevidos y fondos de viñetas tipo cómic. Las posibilidades de decoración son muchas:
- Vasos de gaseosas, especialmente diseñados con expresiones de tiras cómicas (plop, splash, bang, wow...)
- Mesas de dulces con manteles en colores sólidos y variedad de dibujos animados adornando las chucherías
- Tortas con las figuras de súper héroes favoritos del festejado
- Fondos para las fotos tipo ajedrez multicolor con letreros llamativos
Fiestas de quince años Pop Art
Las quinceañeras también pueden armar una fiesta Pop Art sin perder estilo. A sus amigos les encantará hacerse fotos con los letreritos en colores fuertes y mensajes llamativos (con chistes que sólo ellos entienden).
En vez de vasos, esta fiesta de 15 años ofrecerá latas a sus invitados. Por supuesto, se trata de latas personalizadas con la imagen de la fiesta y que dan ganas de guardar y coleccionar. La foto de la quinceañera se puede reproducir tantas veces como queramos a modo de collage (como el famoso de Marilyn Monroe) y ponerlo en lámparas, servilletas, pósters o manteles. Todo lo que se nos ocurra está bien porque el Pop Art es recargardo y kitsch.
Y como recuerdo, se puede ofrecer a las amigas, esmalte de uñas y pintalabios coloridos para que recuerden esta fiesta como una de las más divertidas y llamativas del año.
Fiestas de matrimonio Pop Art
El día de la boda tiene que ser inolvidable y para los novios menos convencionales, la propuesta es una fiesta llena de colores: desde el ramo de la novia, hasta la torta.
Los centros de mesa, a juego con el concepto, pueden ser latas Campbell, como las que inmortalizara Warhol en su collage de 1962. Y aunque la novia lleve un vestido blanco, puede combinarlo con un ramo de flores poco tradicional (diferentes tamaños y colores) y un detalle coqueto en los tacones, que puede ser una tira cómica o una serie de lunares multicolores.
La imaginación es el límite para organizar una fiesta Pop Art en la que caben las letras fluorescentes, los detalles kitsch y el color en su máxima expresión. ¿Qué tal unos cupcakes que llenen de luz el ambiente y den a la mesa un aspecto de arco iris?
